Desde el pulpito de IZQ

Subido en el atril que representa la ostentación de un cargo público, el autoproclamado valedor de la izquierda autentica y verdadera, recrea a los feligreses (creyentes suyos o no) siempre que tiene ocasión, de las bondades de su credo y de la forma de actuar en nuestra vida diaria, dentro de las creencias buenas (que lógicamente son las que predica).

Pero esto es solo una pequeña parte de su epístola , la mayor parte la dedica como buen pastor a recriminarnos lo malos que somos los infieles, los que nos salimos de su camino correcto, los Socialistas.

Dando uso a las confesiones, recrimina individualmente, pero a ser posible en publico a gran numero de infieles, poniéndoles luego su correspondiente penitencia.

Las pastorales las publica en el mobiliario público urbano, en las mismas siempre se condena a los infieles haciendo uso de medias verdades, absurdas comparaciones y textos de sus libros sagrados.

El aumento de su ego le ha llevado a pasar de la continua recriminación por infieles, a comenzar una cruzada, para la cual se apoya en los representantes conservadores de la derecha, con los que tiene una meta común, derrotar a las ovejas descarriadas.

Dentro de esta espiral, a los cruzados ya no les interesan los ciudadanos, con sus fieles creyentes, se sienten nobles caudillos libertadores del mal que representamos los infieles, los Socialistas.

Desde el pulpito de IZQ- de paseo por Valoria -noviembre 2007



 
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